¿Vives en una familia tradicional o en una del siglo XXI?

Por Nayeli Rueda

La familia tradicional (papá, mamá e hijos) es un concepto que se ha transformado. En la actualidad este término abarca muchas estructuras y dinámicas: una mamá que vive con sus hijos; dos papás con un hijo; la abuela que habita con su nieto, parejas que no tienen hijos o familias que no tienen ningún lazo consanguíneo.

Esta transformación se ha ido dando a lo largo del tiempo, aunque algunos sectores de la sociedad sigan creciendo con la idea de que sólo hay una familia, la tradicional o nuclear. Sin embargo, el último Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), señala que el 71.7 por ciento de los hogares son nucleares; el 25.8 por ciento son hogares ampliados y el 2.5 por ciento son hogares compuestos. 

Para Norma Cruz Maldonado, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hay una tendencia ascendente de grupos que comparten espacio sin tener un vínculo parental, y eso no quiere decir que no sean familias, “por el contrario, en ellos persisten las cuestiones afectivas y la corresponsabilidad en el hogar, las labores domésticas o el cuidado de menores”.

La Convención sobre los Derechos del Niño reconoce que los niños y las niñas deben crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, sin que esto signifique vivir en una familia tradicional.

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¿Cómo son las familias del siglo XXI?

Hoy la familia cohabita y comparte vivienda sin que los integrantes tengan necesariamente lazos de parentesco:son una familia que comparte los lazos afectivos y las corresponsabilidades al interior del hogar”, apunta Cruz.

Según el Consejo Nacional de Población (CONAPO), los hogares en México han sufrido modificaciones en su conformación, funciones y el tipo de relaciones que establecen en sus integrantes, derivadas de los cambios demográficos y en correspondencia con las tendencias a nivel mundial.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en la publicación Crecer juntos. Orientaciones para madres, padres y cuidadores para el desarrollo integral de niños y niñas, no existe un modelo único e inalterable de familia, sino que hay una gran variedad: “no existe una única forma de generar lazos de afecto y que la biología no es lo determinante para que las niñas y niños puedan crecer sanos y desarrollar integralmente su potencial”. Estos son algunos tipos: 

  • Familia nuclear (o tradicional)
  • Familias monoparentales 
  • Familias homoparentales 
  • Familias ensambladas
  • Familias adoptivas
  • Familias reconstituidas (“mis hijos, tus hijos y nuestros hijos”).
  • Familias extensas, uniones informales de parejas sin legalizar, tengan o no hijos a su cargo, etcétera.

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La función de la familia 

Aunque la estructura ha cambiado, la familia debe dar cuidados y protección a los infantes, independientemente del género, sexo o cosanguinidad de los adultos que ejerzan esos roles, pues vivir en medio de relaciones cálidas y de protección, con la familia, los amigos y la comunidad, hace que las personas sean más felices y más saludables, de acuerdo con Robert Waldinger, actual director del estudio Desarrollo de los adultos, de la Universidad de Harvard.

La diversidad familiar está evolucionando en todo el mundo. Según datos de Naciones Unidas, a nivel mundial el tamaño de las familias se está reduciendo, en muchos casos, mientras en otros, crece el número de hogares monoparentales.

Para Norma Cruz, a futuro, las familias se irán diversificando cada vez más y habrá mayor aceptación, ya que las parejas del mismo género, en muchas entidades, ya se pueden casar y adquirir derechos y obligaciones e incluso adoptar hijos. Asimismo, la inseminación artificial o la gestación subrogada permitirán que hombres y mujeres no necesiten casarse o tener una relación sexual para procrear a un hijo.

En la actualidad, el 65 por ciento de las familias están formadas por parejas que viven con niños de diversa edad o con niños y miembros de la familia extensa, como los abuelos. Los hogares monoparentales constituyen el 8 por ciento del total y están compuestos en su mayoría por mujeres con hijos, en un 84 por ciento.

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