Día de la Madre: poemas para celebrarla

La celebración del Día de las Madres es una de las más emotivas que hay a lo largo del año, y aunque el intento por encontrar el regalo perfecto es una constante en todos lados, ofrecer unas palabras que salgan de lo más profundo del corazón a quien nos dio la vida, siempre será algo que ella atesore como uno de sus recuerdos más preciados, por lo que te dejamos una selección de poemas para celebrarla.

Para inspirarte, te quiero compartir algunos poemas escritos por importantes personajes del mundo de la literatura, son de los más variados estilos, así podrás ver que más allá de los endecasílabos y las rimas, lo que cuenta es la inspiración y el sentimiento.

Celebra a mamá con un poema
Celebra a mamá con un poema. Foto: Envato Elements

Día de la madre: poemas para celebrarla

1

La madre, de Julio Cortázar

La madre, de Julio Cortázar

Delante de ti me veo en el espejo que no acepta cambios,

ni corbata nueva ni peinarse en esta forma.

Lo que veo es eso que tú ves que soy,

el pedazo desprendido de tu sueño,

la esperanza boca abajo y cubierta de vómitos.

Oh madre,

tu hijo es éste,

baja tus ojos para que calle el espejo y podamos reconciliar nuestras bocas.

A cada lado del aire hablamos de cosas distintas con iguales palabras.

Eres una columna de ceniza (yo te quemé),

una toalla en la percha para las manos que pasan y se frotan,

un enorme búho de ojos grises que espera todavía mi nombramiento decorativo,

mi declaración conforme a la justicia,

a la bondad del buen vecino,

a la moral radiotelefónica.

No puedo allegarme, mamá,

no puedo ser lo que todavía ves en esta cara.

Y no puedo ser otra cosa en libertad,

porque en tu espejo de sonrisa blanda está la imagen que me aplasta,

el hijo, verdadero y a medida de la madre,

el buen pingüino rosa yendo y viniendo

y tan valiente hasta el final,

la forma que me diste en tu deseo: honrado, cariñoso, jubilable, diplomado.

Julio Cortázar
Julio Cortázar. Dominio Público
2

La madre ahora, de Mario Benedetti

La madre ahora, de Mario Benedetti

Doce años atrás

cuando tuve que irme

dejé a mi madre junto a la ventana

mirando la avenida

ahora la recobro

sólo con un bastón de diferencia

en doce años transcurrieron

ante su ventanal algunas cosas

desfiles y redadas

fugas estudiantiles

muchedumbres

puños rabiosos

y gases de lágrimas

provocaciones

tiros lejos

festejos oficiales

banderas clandestinas

vivas recuperados

después de doce años

mi madre sigue en su ventana

mirando la avenida

o acaso no la mira

sólo repasa sus adentros

no sé si de reojo o de hito en hito

sin pestañear siquiera

páginas sepias de obsesiones

con un padrastro que le hacía

enderezar clavos y clavos

o con mi abuela la francesa

que destilaba sortilegios

o con su hermano el insociable

que nunca quiso trabajar

tantos rodeos me imagino

cuando fue jefa en una tienda

cuando hizo ropa para niños

y unos conejos de colores

que todo el mundo le elogiaba

mi hermano enfermo o yo con tifus

mi padre bueno y derrotado

por tres o cuatro embustes

pero sonriente y luminoso

cuando la fuente era de ñoquis

ella repasa sus adentros

ochenta y siete años de grises

sigue pensando distraída

y algún acento de ternura

se le ha escapado como un hilo

que se le ha escapado como un hilo

que no se encuentra con su aguja

cómo quisiera comprenderla

cuando la veo igual que antes

desperdiciando la avenida

pero a esta altura qué otra cosa

puedo hacer yo que divertirla

con cuentos ciertos o inventados

comprarle una nueva tele

o alcanzarle su bastón.

Mario Benedetti
Mario Benedetti. Elisa Cabot para Wikimedia Commons
3

Madre, llévame a la cama, de Miguel de Unamuno

Madre, llévame a la cama, de Miguel de Unamuno

Madre, llévame a la cama.

Madre, llévame a la cama,

que no me tengo de pie.

Ven, hijo, Dios te bendiga

y no te dejes caer.

No te vayas de mi lado,

cántame el cantar aquél.

Me lo cantaba mi madre;

de mocita lo olvidé,

cuando te apreté a mis pechos

contigo lo recordé.

¿Qué dice el cantar, mi madre,

qué dice el cantar aquél?

No dice, hijo mío, reza,

reza palabras de miel;

reza palabras de ensueño

que nada dicen sin él.

¿Estás aquí, madre mía?

porque no te logro ver…

Estoy aquí, con tu sueño;

duerme, hijo mío, con fe.

Doña Luz XVII, de Jaime Sabines

FOTO: FLORES Y LLUVIA. ENVATO

Lloverás en el tiempo de lluvia,

harás calor en el verano,

harás frío en el atardecer.

Volverás a morir otras mil veces.

Florecerás cuando todo florezca.

No eres nada, nadie, madre.

De nosotros quedará la misma huella,

la semilla del viento en el agua,

el esqueleto de las hojas en la tierra.

Sobre las rocas, el tatuaje de las sombras,

en el corazón de los árboles la palabra amor.

No somos nada, nadie, madre.

Es inútil vivir

pero es más inútil morir.

Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno. Dominio Público
4

Dulzura, de Gabriela Mistral

Dulzura, de Gabriela Mistral

Madrecita mía,

madrecita tierna,

déjame decirte

dulzuras extremas.

Es tuyo mi cuerpo/que juntaste en ramo

deja revolverlo

sobre tu regazo.

Juega tu a ser hoja

y yo a ser rocío,

y en tus brazos locos

tenme suspendido.

Madrecita mía,

todito mi mundo,

déjame decirte

los cariños sumos…

Día de la Madre: poemas para celebrarla
Este Día de la Madre selecciona poemas para celebrarla. Foto: Envato Elements

Ahora que si prefieres recitar un poema de tu autoría, pero tienes cierta inseguridad con respecto a tus dotes de escritura, la mejor forma de vencer el miedo a escribir poesía es: ¡escribiéndola!

Te aseguro que si lo intentas quizá te lleves una agradable sorpresa con el resultado y, sobre todo, tu mamá te lo agradecerá eternamente; para ejemplo, el poema que escribió mi sobrina ya hace varios años y que su mamá atesora:

Mi mamá me inspira día a día, ella brilla desde que tengo vida.

Me motiva y me da alegría

Soy feliz con ella porque todo es risa y risa

Por Ximena R. ocho años

Día de la Madre poemas para celebrarla
Una madre siempre valora el esfuerzo. Foto: Envato Elements

El secreto de escribir un poema para el Día de la Madre y así celebrarla está en poner por escrito los sentimientos y emociones que tu mamá despierta en ti, así que si te animas, ¿nos compartes tu poema? Ahora que, si de plano la palabra escrita no es lo tuyo puedes elegir alguno de los citados en esta nota y regalárselo con todo tu amor a la creadora de tus días.

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