Mi hijo no quiere jugar, ¿qué puedo hacer?

Es fin de semana, ha pasado casi toda la mañana y tu hijo no ha jugado, solo está ahí sentadito sin hacer nada. O quizá están en una fiesta infantil y lo ves aislado, solitario. Una vez que caes en cuenta de ello vienen las muchas preguntas: ¿Qué pasa? ¿Es grave? ¿Hice algo mal? Mi hijo no quiere jugar, ¿qué puedo hacer?

Descarta motivos

Es bien sabido que el juego tiene un sinfín de beneficios, pero antes de entrar en pánico y desesperarte, lo primero que debes hacer es averiguar por qué el pequeño no quiere jugar. Estas pueden ser muchas y muy diferentes causas:

  • Está enojado. Puede que se haya enojado con su compañero de juego. Intenta averiguar qué pasó y quizá podrías ayudar a la reconciliación, pero no lo obligues a jugar ni interfieras en sus relaciones personales. Eso podría salir peor.
  • Quiere llamar tu atención. ¿Hay un nuevo miembro en la familia? ¿Alguno de los hermanos está destacando en algo y pudiera estar celoso? ¿Tienes un nuevo trabajo, ocupación o pasatiempo? ¿Estabas en Home Office y ahora debes volver al trabajo presencial? Los pequeños no alcanzan a entender por qué no pasas tanto tiempo con ellos como solías hacerlo.
  • Se siente mal. ¿Tiene la pancita dura? ¿Se lleva las manos a la cabeza repetidamente? ¿Tiene los ojos llorosos? Checa que tu peque no tenga temperatura o ronchitas en el cuerpo.
Antes de alarmarte porque tu hijo no quiere jugar, analiza la situación.
 Antes de alarmarte porque tu hijo no quiere jugar, analiza la situación.
Foto: Envato Elements

Otras razones a considerar son que tu hijo podría estar cansado o… ¡aburrido! Los juguetes son solo herramientas, pero en ocasiones los adultos lo olvidamos y suponemos que los juguetes van a entretener a nuestros hijos. No olvidemos que los niños crean su propio entretenimiento y usan cosas, como juguetes, para ese entretenimiento, no que el juguete per se los va a entretener.

Algunas soluciones

Entonces, hagamos algunas observaciones para encender ese juego profundo e inmersivo que tantos beneficios trae a nuestros hijos.

  1. Los juguetes no son adecuados para su edad. Los niños usan sus juguetes como herramientas para resolver desafíos que enfrentan en ese momento. Los juguetes que tienen piezas pequeñas pueden ser difíciles de manipular para un niño menor de 3 años, pero el mismo juguete en manos de un niño de 5, que lo ha jugado una y otra vez, ya no le representa un desafío.
  2. Hay demasiados juguetes. Imagina que en tu escritorio tienes 7 opciones de computadora, 4 teléfonos inteligentes, 20 bolígrafos y lápices. De seguro te sentirías abrumado. El desorden y tener demasiados juguetes hace que los niños se sientan agobiados en lugar de libres para jugar.
  3. Los juguetes son obsoletos. Cuando un juguete es usado por largo tiempo, se pierde la chispa, se vuelve rutinario. Esto es muy evidente cuando tu peque muestra mucho interés en los juguetes de otros niños. Tu hijo se ha familiarizado tanto con sus propios juguetes que ya no los encuentra emocionantes. ¿Qué puedes hacer? Haz rotaciones de juguetes. Guarda bien los que ya no le interesan y sácalos meses más tarde. El gusto por ellos volverá.
  4. Los juguetes no son estimulantes. Así es, los niños no saben qué hacer con el juguete o cómo llevarlo al siguiente nivel. Invita a sus amigos o familiares a jugar, ya sabes, lo que no se le ocurre a uno, lo piensa el otro. Dales la oportunidad de crear nuevas posibilidades.
Tu hijo podría estar cansado, aburrido o no tener juguetes aptos para su edad.
Tu hijo podría estar cansado, aburrido o no tener juguetes aptos para su edad. Foto: Envato Elements

La falta de juego podría indicar algún malestar o trastorno

Como verás ninguna de estos escenarios anteriores es grave pero, algunas veces, la ausencia de juego o la falta de interés para jugar podría indicar un trastorno en el desarrollo del pequeño.

En su sitio web, The Australian Parenting nos sugiere buscar ayuda profesional si:

  • Tu bebé no responde a juegos interactivos como Peekaboo (“esconderte” detrás de tus manos preguntando ¿dónde está el bebé?).
  • Tu pequeño tiene un interés muy limitado en sus juguetes o no los usa de una manera funcional. Por ejemplo, el niño solamente gira las rueditas de un cochecito en lugar de rodarlo como lo hacen los otros niños de la misma edad.
  • Tu hijo en edad preescolar no quiere jugar con otros niños ni participar en juegos de simulación.

Recuerda que antes de alarmarte porque tu hijo no quiere jugar, debes repasar situación por situación; a veces simplemente el peque está cómo sin hacer nada por un rato.

Tu hijo podría estra cansado de ver los mismos colores en sus juguetes.
Tu hijo podría estra cansado de ver los mismos colores en sus juguetes.
Foto: Envato Elements

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