Estrategias para enfrentar el regreso a las clases presenciales

Por Nayeli Rueda

El próximo lunes 7 de junio, miles de niñas y niños volverán a la escuela, a más de un año de no pisar su aula y ver a sus profesores. Tanto el personal docente como las y los alumnos “vamos a regresar a una nueva realidad a la que tendremos que irnos adaptando”, dice la maestra Dulce Carreón Escutia, de la Unidad de Educación Especial y Educación Inclusiva (UDEEI).

La vida académica a la que estaban acostumbrados las niñas y los niños tendrá cambios significativos. Para empezar, será un modelo híbrido, o semipresencial, en el que algunos días un grupo de niños y niñas asistirá a la escuela, y otros días trabajará en casa.

Esta nueva realidad implica un nuevo orden y nuevas reglas, pues hasta que se vacuna a toda la población los casos comenzarán a disminuir significativamente. Mientras tanto, “vamos a tener que aprender a convivir con este virus y no caer en pánico”, apunta la maestra en neurodesarrollo y cognición. 

Volver a las aulas de manera segura

Carreón Escutia reconoce que algunos padres y niños tienen miedo del regreso a clases presenciales, y confiesa que también hay docentes preocupados y ocupados en hacer que la escuela sea un lugar seguro: “tenemos que unir esfuerzos y trabajar en equipo con toda la comunidad educativa”.

Hay que dar a los niños certeza de que su escuela será un lugar limpio y seguro, “y que eso se va a lograr, si cada uno de nosotros hace lo que le corresponde”, como seguir los protocolos y las medidas de higiene y seguridad:

  • Asistir a la escuela sanos.
  • Portar cubrebocas adecuadamente. 
  • Lavar sus manos constantemente.
  • Mantener la sana distancia.

Ante este nuevo panorama, es importante enseñar a las niñas y niños a cuidarse ellos mismos. Recordarles que la pandemia no ha terminado, pero que siguiendo las medidas de higiene los contagios se reducen.

Para afrontar esta nueva realidad, la docente propone poner en práctica algunas cualidades y habilidades como: 

  • Ser resilientes para afrontar las adversidades y sacar fortalezas para adaptarnos a los cambios.
  • Ser corresponsables. Los niños y sus familias, así como los docentes, se van a enfrentar a nuevas dinámicas de trabajo que van a requerir la participación responsable y comprometida de todos.
  • Ser ordenados y seguir indicaciones. Desde casa, en la entrada de la escuela y en el salón de clases, se deben llevar a cabo protocolos para detectar algún contagio y prevenir su propagación. 

“Hay que hablar con los niños y decirles qué cosas ya no serán iguales. Prepararlos y darles las herramientas necesarias para afrontar la nueva realidad, pero sin atemorizarlos”.

Dulce Carreón Escutia, maestra en neurodesarrollo y cognición.

Cuidar nuestra salud física, pero también la emocional 

Además de seguir las medidas de higiene para que sea un regreso seguro, Carreón señala que también necesitamos cuidar el estado emocional de las niñas y los niños, por lo que debemos:

  • Escuchar sus sentimientos.
  • Mostrar empatía.  
  • Evitar ver noticias alarmistas.

Por su parte, el documento Regreso seguro a la escuela: una guía para la práctica, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), señala que al abrirse las escuelas habrá niños y niñas “que pueden sentirse nerviosos o reacios a volver a la escuela, especialmente si han estado en casa durante meses”.

En esos casos, será necesario apoyo mental y emocional para garantizar una transición positiva y segura. 

¿Qué puedes hacer? 

  • Pregunta a tus hijos cómo se sienten de volver a la escuela.
  • Infórmales sobre cuándo y cómo será la reapertura de la escuela a través de historietas, libros, dibujos o canciones.
  • Recuérdales que cuando regresen al colegio podrán jugar con sus amigos, ver a sus maestros y continuar aprendiendo.
  • Motívalos a que sean agentes del cambio y que ellos pueden prevenir la expansión de los gérmenes lavando sus manos con jabón y tosiendo y estornudando sobre su antebrazo.
  • Explícales que existe la posibilidad de que la escuela vuelva a cerrar si más personas enferman. Y que, si eso sucede, es para mantenerlos seguros y sanos.

Volver a la escuela de forma segura solo se puede lograr si cada uno de nosotros hace lo que le corresponde.

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