Mi hijo tiene un tic nervioso, ¿cómo le ayudo?

Por Ollin Islas Romo

Si has detectado que tu hijo tiene movimientos involuntarios y repetitivos, o realiza otras acciones cortas, como carraspear o hacer algún sonido, especialmente cuando está estresado o nervioso, es probable que tenga un tic nervioso.

Es normal que te sientas preocupada por ello, sin embargo, estos trastornos del movimiento son comunes durante la infancia. De hecho, diversos investigadores los clasifican como los más comunes en la población infantil. Pero, aunque son frecuentes y en muchos casos se resuelven con la llegada de la madurez, es importante que conozcas de qué se trata y qué puedes hacer al respecto.

Al interior de los tics

Según la pediatra Adriana García, los tics nerviosos son “movimientos rápidos, que provienen de ciertos grupos de músculos, y que los niños hacen sin querer. Los tics también pueden ser sonidos o palabras que se dicen de manera involuntaria y repetida”. La experta menciona que existen tics sencillos y otros más complejos. Generalmente, se clasifican de esta manera:

  • Motores simples: parpadeos, movimiento de un brazo u hombros, movimientos cortos de la cabeza.
  • Motores complejos: involucran a más grupos de músculos y pueden ser más lentos que los simples. Algunos ejemplos son hacer giros, pisotear o dar saltos.
  • Vocales simples: aclarar la garganta, toser, hacer un sonido específico, resoplar o hacer respiraciones.
  • Vocales complejos: consisten en repetir palabras que el niño escucha o que él mismo dice.

Los tics nerviosos pueden ser pasajeros, es decir, durar entre un mes y un año, o bien, permanecer de manera crónica, lo que significa que persisten más de un año. “En caso de durar más de un año, es necesario valorar si se trata de un tic crónico o de un trastorno más complejo, como el Síndrome de Tourette, por ejemplo”, explica García.

Muchos tics desaparecen con el tiempo. Sin embargo, también es importante buscar ayuda profesional si los tics complican el rendimiento escolar de los hijos e hijas o si afectan su estado emocional, pues muchos niños se sienten avergonzados o rechazados por sus pares por padecerlos.

Los tics son el trastorno del movimiento más frecuente en la infancia. En menores de 6 a 11 años se calcula una prevalencia entre el 3% y 6%. Predominan en el sexo masculino.

Asociación Española de Pediatría.

Lo que sí debes hacer

Existen diversas maneras de que tú y todas las personas que rodean a tus hijas e hijos colaboren para que puedan lidiar con sus tics nerviosos. La pediatra Adriana García te ofrece algunos consejos:

  • Ayúdale a relajarse. Muchas veces los tics aparecen o se intensifican cuando los niños se sienten estresados o nerviosos, por ello es recomendable que busques actividades que los ayuden a relajarse o divertirse. Los deportes, la meditación o las artes son ideales para lograrlo.
  • Hablen sobre los tics. Pregúntale cómo se siente respecto a sus tics. Esto te ayudará a detectar si está avergonzado o ha sufrido algún tipo de acoso escolar o rechazo de sus compañeros por tenerlos.
  • Reduce las situaciones de estrés. Pon bajo la lupa la rutina de tu niño. ¿Tiene demasiadas actividades extraescolares? ¿Lo presionas mucho para que alcance un objetivo? Es hora de analizar y disminuir todo lo que pudiera provocarle angustia.

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Lo que no debes hacer

Así como existen estrategias para ayudar a tu pequeño, también hay acciones que pueden aumentar su angustia y estrés, lo cual provocará que caiga en un círculo vicioso: el pequeño tiene tics nerviosos porque está estresado y, si lo regañas por ello, por ejemplo, le da más estrés cuando los tiene. Te explicamos qué no debes hacer si quieres ayudar a tu hija o hijo:

  • Castigarlo, enojarte o ridiculizarlo porque tiene tics. Como lo mencionó nuestra experta, los tics son involuntarios, lo que significa que tu pequeño no puede controlar lo que hace. Si realmente quieres que los aniquile, debes procurar estresarlo lo menos posible.
  • Evita hacer un gran escándalo alrededor de los tics. Probablemente mucha gente no ha notado que tu pequeño tiene tics. Evita hablar sobre ello con los demás, a menos que sea en privado y con alguien que pueda hacer equipo contigo para tratarlos de manera adecuada.

Los tics son involuntarios, lo que significa que tu pequeño no puede controlar lo que hace. Los tics nerviosos son los trastornos del movimiento más comunes en la infancia.

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