Desarrollo de la personalidad en la infancia

La infancia es, sin duda, una de las etapas más importantes en el proceso de un ser humano. Durante esos primeros años se construyen las estructuras emocionales, sociales y psicológicas que serán el cimiento de la vida futura de una persona, por eso hay que estar atentos al desarrollo de la personalidad en la infancia y de los rasgos que definen a los niños.

La personalidad comienza a gestarse como tal alrededor de los dos años de edad, justo cuando un pequeño comienza a darse cuenta de su individualidad, de que es un ser independiente de sus papás y de las personas que hasta ese momento están presentes en su vida diaria.

La personalidad comienza a gestarse alrededor de los 2 años
La personalidad comienza a gestarse alrededor de los 2 años. Foto: Envato Elements

¿Qué es la personalidad?

La personalidad es lo que nos distingue de los demás, lo que nos define y caracteriza como individuos únicos, es la manera en que somos, sentimos y pensamos.

Hablar de personalidad no es cosa fácil, son varios factores los que se conjugan en su desarrollo durante la infancia. Por un lado, el factor interno que es la carga genética heredada de ambos padres, que es el temperamento (dependiente del funcionamiento del sistema nervioso y endocrino) y, por otro, los factores externos que desarrollan el carácter, mismo que depende intrínsecamente de cómo el individuo se relaciona con otras personas, lo que él entiende de cómo lo tratan los otros, lo que piensa de sí y los sentimientos que todo eso genera en él. Entonces se puede decir que la personalidad es la interacción del temperamento y el carácter.

Desarrollo de la personalidad en la infancia
El desarrollo de la personalidad en la infancia es la interacción del temperamento y el carácter. Foto: Envato Elements

Desarrollo de la personalidad en la infancia

Conforme el niño va creciendo y se asume como individuo, también se construyen su autoconcepto, autonomía y autoestima. Veamos de qué se trata cada uno de ellos:

  • Autoconcepto. Se trata de la idea que tenemos de nosotros mismos, la cual está integrada por lo que miramos al pararnos frente a un espejo y lo que creemos de nosotros (esta idea generalmente se forma a partir de cómo creemos que nos ven los demás) de donde nace la imagen de quién soy YO, es decir, a través de nuestro autoconcepto es como nos describimos a nosotros mismos. Este comienza a formarse cuando el niño se asume como individuo independiente del resto del mundo y será la base del desarrollo de su personalidad durante la infancia.
  • Autoestima. Esta es la manera en que nos valoramos a nosotros mismos, el reconocimiento que una persona hace a su valor como ser humano, dicho de otra manera, es el componente emocional de lo que cada individuo asume sobre sí mismo. La construcción de la autoestima está estrechamente relacionada con la manera en que los demás nos tratan en la infancia; tú puedes contribuir a que tu pequeño tenga una sana autoestima, para ello es importante que siempre le hagas saber cuánto lo amas y que ese amor simplemente es, tú lo amas y por eso estás y estarás para él siempre, porque es importante para ti sin depender de lo que haga o deje de hacer; reconozcas su esfuerzo (más allá de sus resultados); demuéstrale que siempre hay posibilidad de hacerlo mejor, así no sentirá que cometer un error está mal, que puede corregir y obtener mejores resultados y por favor evita colgarle calificativos que lo definan irremediablemente para toda su vida, quizá sea mejor decir ‘platiquemos para saber qué es lo que deseas y lleguemos a un acuerdo’ sea mejor que decirle simplemente ‘eres un rebelde’. Los niños logran una buena autoestima porque emocionalmente son más felices, y eso les ayuda a enfrentarse de mejor manera a la vida.
  • Autonomía. Es la capacidad de tomar decisiones y actuar por nosotros mismos, es decir de ser independientes; en los niños esto se refleja en tener más seguridad y confianza en ellos mismos, este es el objetivo de la autonomía; así que como podrás entender lo peor que se puede hacer es frenar o limitar esa capacidad e intención de hacer las cosas por sí mismo. Los primeros rasgos de autonomía se presentan cuando el pequeño quiere comer o vestirse solo, te aseguro que las primeras veces quedará bañado en papilla o atorado en una camiseta, lo que has de hacer es enseñarle y animarlo, un niño que es frenado o limitado en sus intentos por ser independiente se convierte (casi inevitablemente) en una persona completamente dependiente e insegura. Además ¿sabías que los niños prefieren a los padres que respetan su autonomía? Esto es porque los dejan ser, los dejan crecer y los aman y acompañan en el trayecto.
La personalidad tiene que ver con autoconcepto, autonomía y autoestima
La personalidad tiene que ver con autoconcepto, autonomía y autoestima. Foto: Envato Elements

Tu presencia es indispensable

Ya destacamos la parte genética en el desarrollo de la personalidad de tu hijo (el temperamento), sobre los factores externos que tienen que ver con él y consolidan su carácter, sobre cómo las experiencias que vive a diario propician su autoconcepto, desarrollan su autonomía y alimentan su autoestima, ahora nos enfocaremos en cómo la influencia de los padres y cuidadores puede también ser determinante en el desarrollo de la personalidad en la infancia.

Es importantísimo que cuando tu hijo te busque o pida tu presencia y compañía estés ahí, si estás o no presente determinará la forma de relacionarse con otros cuando crezca, por eso es fundamental que papás y mamás estén siempre presentes en la vida de su peque (cuando está bien y cuando no lo está, cuando está enfermo, cuando se porta mal, etc.) así él podrá entender que es un ser amado, un ser aceptado tal y como es.

Cuando eso no sucede, cuando los padres un día están y otro no, cuando un día dan amor y otro reprenden de forma violenta, el niño va a crecer pensando que no es merecedor de amor, que no necesita de las personas para poder salir adelante en la vida y eso determinará, su autoestima y autoconcepto, sobre las que se desarrolla su personalidad.

Es fundamental que los padres estén siempre presentes en la vida de su hijo
Es fundamental que los padres estén siempre presentes en la vida de su hijo. Foto: Envato Elements

Que tu hijo te sienta siempre presente (aun cuando no lo estés de manera física), le hará saberse amado, importante, suficiente y eso va a generar que con el tiempo se relacione con las demás personas con atención, con amor, con empatía, con gratitud, porque así mismo es tratado. El ser humano aprende con el ejemplo, da lo que tiene en su corazón, así que toma la responsabilidad que te corresponde en el desarrollo de la formación de su personalidad en la infancia.

La carga genética es inmodificable, cómo el pequeño entiende el mundo y cómo se ve a sí mismo depende de él, todo lo demás es externo y como papá o mamá tienes la posibilidad de buscarle el mejor ambiente y experiencias. Hay que tener muchísimo cuidado con lo que les proyectas, con la clase de palabras que les estás diciendo a tus hijos, porque eso configura activamente su personalidad y definitivamente marcará su vida adulta.

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