Ciérrale el paso a las enfermedades respiratorias de primavera

Por Nonantzin Martínez

Con los cambios de temperatura en el inicio de la primavera, con transiciones de mañanas frescas a mucho calor por la tarde, los casos de niñas y niños con síntomas gripales, tos y dolor de garganta se multiplican. Y es que este clima tiene todo para afectar los mecanismos de defensa (inmunológico) de los pequeños de la casa y facilitar la aparición de alguna infección en las vías respiratorias, explica el Dr. Franciso Javier Saynes Marín, médico adscrito al Departamento de Otorrinolaringología del Hospital Ángeles Metropolitano y del Centro Médico ABC Campus Observatorio. Afortunadamente, agrega, si se siguen ciertos cuidados, se pueden prevenir.

Junto con ello, en esta época predominan las alergias, que son reacciones exageradas que presenta el organismo de ciertas personas ante la presencia de sustancias “inofensivas” para el resto de la población.

Al respecto, el doctor Héctor Aguirre Mariscal, otorrinolaringólogo con sub especialidad en otorrinolaringología pediátrica y con práctica privada en el Hospital Ángeles Pedregal, explica que las altas temperaturas y el calor provocan mayor presencia de alergenos, principalmente de polen, que viaja a través del viento en el medio ambiente, afectando principalmente a niños y adolescentes.

La primavera puede ser “un dolor de cabeza”

Para tener mayor claridad de lo que podrían padecer nuestros niños y niñas a nivel respiratorio durante estos meses, el Dr. Saynes Marín lo explica a través de dos grandes divisiones:

  • Afecciones alérgicas, como rinitis alérgica, rinoconjuntivitis alérgica y asma. Estos padecimientos pueden presentarse con síntomas como escurrimiento nasal, ojos rojos, tos y dificultad para respirar.
  • Infecciones de vías respiratorias altas, como rinofaringitis, rinoconjuntivitis, otitis media, faringoamigdalitis aguda, laringitis aguda, laringotraqueitis en los más pequeños y neumonía. Sus síntomas pueden ser fiebre, tos, congestión nasal, malestar en general, hasta cuadros más graves. Las causas son virales en el 80 por ciento de los casos y un 20 por ciento son de origen bacteriano.

La rinitis alérgica es un padecimiento crónico que tiene síntomas como congestión nasal, comezón, estornudos y mucosidad. Afecta principalmente a niños y jóvenes menores de 18 años y, a nivel mundial, se calcula que 500 millones lo padecen.

Atención oportuna para evitar complicaciones

Si ves que niña o niño ya está moqueando o se queja de ardor en la garganta, o peor aún, lo notas decaído, no pienses que el malestar se debe a “una simple gripa” que se va a curar solita al paso del los días; lo ideal es consultar con su pediatra porque “una infección no tratada o mal tratada puede derivar, por ejemplo, en una otitis media con ruptura de la membrana timpánica y afectar la función auditiva, o en una sinusitis aguda, que se puede complicar a nivel ocular con o abscesos profundos de cuello. Y, en casos extremos, la complicación por una infección puede ser una neumonía”, señala el especialista.

Por su parte, el Dr. Carlos De la Torre González, Jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Infantil de México Federico Gómez y miembro de la Academia Mexicana de Pediatría, refuerza lo anterior señalando que “entre el 50 y 60 por ciento de los cuadros gripales se complican con otitis media, por eso es muy importante cuidar los catarros en temporada de calor”.

La otitis media es una de las enfermedades respiratorias más comunes de la infancia y tiene su mayor prevalencia entre los seis y 36 meses de vida.

Aunque esta enfermedad se resuelve en forma espontánea hasta en el 80 por ciento de los casos, aún sin tratamiento, un 20 por ciento puede tener secuelas, como baja audición o deficiencia auditiva transitoria, así complicaciones que requieren manejo hospitalario y que, incluso, podrían poner en peligro la vida, agrega el especialista.

Señales de alerta

Ante los siguientes signos, es importante acudir con el médico de manera inmediata. En los niños menores de cinco años:

  • Aumento de la frecuencia respiratoria.
  • Hundimiento de las costillas al respirar.
  • Silbido en el pecho.
  • Falta de apetito.
  • Fiebre.
  • Decaimiento o somnolencia.

En el caso de niños en edad escolar, adolescentes y personas adultas, hay que vigilar que no se presenten signos como:

  • Asfixia,
  • dolor en el pecho al respirar o toser,
  • decaimiento o cansancio excesivo,
  • fiebre mayor de 38.5 grados centígrados
  • expectoración con pus y sangre.

Tres acciones para frenarlas

Como señalamos al principio, afortunadamente las enfermedades respiratorias se pueden prevenir o aminorar sus síntomas si se siguen ciertos cuidados. El Dr. Franciso Javier Saynes Marín recomienda a mamás y papás que:

  1. Proporcionen una alimentación adecuada a sus hijos e hijas. Esto significa incluir en sus platillos todos los grupos de alimentos (proteínas, vitaminas y minerales). En bebés, hay que privilegiar el seno materno. Con una dieta completa y balanceada el organismo tiene todo para funcionar bien.
  1. Mantener una buena hidratación. El 80 por ciento del cuerpo trabaja con agua y cuando hay déficit de agua hay alteraciones que afectan el aparato respiratorio, por eso es muy importante que los pequeños tomen agua natural.
  1. Tener un control médico adecuado. Si tu pequeño o pequeña presenta algún síntoma o fiebre que te haga sospechar que pudiera tener una infección, busca a su médico. No es recomendable la automedicación, ya que se pueden enmascarar síntomas importantes y hacer que una enfermedad se agrave.

De manera general, toda la familia deben llevar a cabo las siguientes medidas para prevenir la propagación de enfermedades respiratorias:

  • Lavado frecuente de manos, con agua y jabón.
  • Continuar con la restricción de saludo de mano o beso.
  • No tocarse los ojos, ni la cara.
  • Usar cubrebocas de manera correcta.
  • Evitar los espacios cerrados y reducidos.
  • Mantener la sana distancia.

Otra medida de cuidado y prevención a considerar es la higiene nasal, con Aguas de Mar, para hidratar y hacer una limpieza mecánica que ayude a eliminar el polvo, bacterias y otras sustancias que pueden inducir procesos inflamatorios o infecciosos.

Te recomendamos: Alergias alimentarias en bebés y niños.