Investigadores de la Universidad de Brown han descubierto que los niños cuyas madres están expuestas a los “químicos eternos” conocidos como PFAS durante el embarazo tienen un mayor riesgo de bajo peso al nacer, así como de desarrollar obesidad y un índice de masa corporal elevado en etapas posteriores de su vida. Estos resultados son similares a los efectos de la exposición prenatal al tabaco.
De acuerdo con el sitio de noticias, La-Lista, el estudio, que siguió a mil 400 niños, reveló un mayor índice de masa corporal y más incidencias de obesidad entre los niños de dos a cinco años cuyas madres estuvieron expuestas a los PFAS. Anteriormente, ya se habían encontrado pruebas de los efectos del bajo peso al nacer relacionados con algunos PFAS, pero esta investigación fue más concluyente debido a su mayor tamaño de muestra, cobertura geográfica, periodo de tiempo y gama más amplia de niveles de exposición.
Los PFAS son sustancias químicas utilizadas en la fabricación de productos resistentes al agua, a las manchas y al calor. Estos compuestos no se degradan de forma natural en el medio ambiente y se han relacionado con problemas graves de salud, como cáncer, enfermedades de la tiroides, problemas renales, malformaciones congénitas y enfermedades autoinmunes.
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Aunque aún se desconoce la razón exacta por la cual los PFAS causan estos problemas, los investigadores sospechan que pueden afectar negativamente la metilación del ADN, un proceso relacionado con la forma en que el cuerpo produce diferentes tipos de células. La metilación del ADN durante el desarrollo prenatal ayuda a determinar cómo será la vida fuera del útero.
Los autores del estudio sugieren que las personas expuestas a los PFAS pueden mitigar los efectos en etapas posteriores de su vida mediante el ejercicio regular. Sin embargo, es difícil para las madres protegerse a sí mismas y a sus fetos debido a la amplia presencia de estos químicos en la sociedad. Se estima que los PFAS están presentes en el 98% de la sangre de los estadounidenses, y su larga vida media significa que la exposición pasada puede seguir perjudicando al feto.
Para reducir la exposición a los PFAS, se recomienda filtrar el agua potable, ya que se ha encontrado que estas sustancias químicas contaminan el suministro de agua de millones de personas. Además, se sugiere utilizar una aspiradora con filtro HEPA para eliminar los contaminantes presentes en el polvo interior. En cuanto a la alimentación, se aconseja consumir alimentos frescos y no envasados, así como seguir una dieta equilibrada.
Aunque las medidas individuales pueden ayudar a minimizar los riesgos, es importante abordar la presencia generalizada de los PFAS en la sociedad y tomar medidas para regular su uso en productos y envases alimentarios. La protección de la salud de las madres y los niños es fundamental para garantizar un desarrollo saludable y prevenir posibles problemas de peso y obesidad en la infancia.
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