En la sociedad actual, es común que los padres busquemos constantemente el bienestar de nuestros hijos. Los amamos y quisiéramos darles todo, que la nueva consola, que el celular más reciente, que los tenis de moda. Sin embargo, estudios recientes han puesto de manifiesto que los viajes en familia tienen un impacto positivo mucho mayor en la felicidad de los niños que la adquisición de objetos materiales.
La relación entre la felicidad de los niños y los viajes en familia tiene sentido. Seguro te ha pasado, hace un par de semanas, regresando de nuestras vacaciones mágicas, mi hija me preguntó cuánto tiempo faltaba para las vacaciones de verano. Esos cuatro días que estuvimos juntos fueron energía pura y tanto ella como nosotros nos sentimos muy contentos. Lo curioso es que esa sensación de bienestar es duradera y lo que realmente queda en sus recuerdos. Si le preguntas a mi niña qué le regalaron en su cumpleaños hace un año es probable que no tenga idea de los juguetes que recibió, pero si le dices que te platique del viaje que hicimos a la playa cuando tenía cuatro años, recuerda asombrosos detalles.
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Viajes en familia, una fuente de felicidad
Según diversos estudios y expertos en psicología infantil, los viajes en familia proporcionan una serie de beneficios que van más allá del simple disfrute de unas vacaciones. Los especialistas destacan que las experiencias vividas durante los viajes crean recuerdos duraderos y contribuyen al desarrollo emocional y cognitivo de los niños.
Los niños valoran las vacaciones familiares, tanto en el momento como durante mucho tiempo después en su memoria”, explicó a The Telegraph el psicólogo y autor de best-sellers Oliver James. “
La neurocientífica y psicoterapeuta infantil, Margot Sunderland, indicó que los viajes en familia también pueden ser beneficioso para el desarrollo de su cerebro . “Un ambiente enriquecido ofrece nuevas experiencias que son sólidas en la interacción social, física, cognitiva y sensorial combinada”, dijo a The Telegraph, “Piensa: familia junta en la piscina, caminar juntos por el bosque, tocar pastos largos y altos que se agitan con el viento, tostar malvaviscos en una fogata, pasar el rato juntos bajo el cálido sol, sentir arena entre los dedos de los pies”.
Por su parte, la psicóloga infantil Laura Gómez afirma: “Los viajes en familia son una oportunidad única para que los niños exploren el mundo, descubran nuevas culturas y se sumerjan en entornos diferentes. Esto les permite ampliar su visión del mundo y desarrollar habilidades sociales, empatía y tolerancia”.
En lugar de enfocarse en la acumulación de bienes materiales, los padres de ahora deberían optar por invertir en experiencias viajes en familia que fomenten la felicidad, la convivencia y el crecimiento personal de sus hijos. Estos viajes ofrecen la oportunidad de aprender de primera mano sobre historia, geografía, arte y diferentes modos de vida, lo que contribuye a su desarrollo educativo.
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Los niños que viajan en familia son más resilientes
Un artículo publicado en la revista Family Psychology y disponible en la National Library of Medicine destaca que los niños que experimentan viajes en familia tienden a ser más resilientes, creativos y adaptables a nuevas situaciones. Además, el vínculo afectivo que se fortalece durante estas experiencias compartidas contribuye a la formación de una base sólida en la relación familiar.
Durante los viajes en familia los niños experimentan una felicidad que se basa en la sensación de aventura, descubrimiento y conexión con sus seres queridos. “Los niños valoran más el tiempo de calidad con sus padres que cualquier objeto material”, afirma el sociólogo David Ramírez. “Los recuerdos de los viajes en familia perduran en la memoria de los niños mucho más tiempo que cualquier juguete”.
Pero eso no es todo, los viajes en familia pueden actuar como “anclas de felicidad”. Según una investigación realizada por la Family Holiday Association de Gran Bretaña, el recuerdo más feliz del 49 por ciento de los encuestados fue de vacaciones con sus papás, hermanos y familia cercana. Un tercio de los encuestados dijo que todavía puede recordar vívidamente las vacaciones familiares de su infancia, y una cuarta parte de ellos se las arregló para usar esos recuerdos para superar momentos difíciles.
“Reflexionar sobre nuestros recuerdos más felices del tiempo feliz que pasamos juntos como familia puede ser extremadamente poderoso para brindar alivio y un respiro cuando nos enfrentamos a los tiempos más oscuros que la vida puede traer”, dijo al Huffington Post John McDonald, director de Family Holiday Association . “Podemos usar estos recuerdos como un ancla para llevarnos de vuelta a momentos más alegres, a menudo podemos abordar los problemas con un nuevo sentido de perspectiva”.
Y ojo, los viajes en familia no tienen que ser costosos o exóticos para generar felicidad en los niños. Un simple fin de semana en la playa, una visita a un parque temático local o una excursión a la naturaleza pueden ser experiencias igualmente enriquecedora.
¿Qué te parece si de hoy en adelante en vez de comprar ese juguete costoso que aburrirá a tu niño en dos semanas le regalas un viaje en familia? Esa experiencia será más enriquecedrora y tendrá mucho mayores beneficios que cualquier objeto material.
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